Para una buena planificación estratégica empresarial, necesitamos una metodología para la definición y puesta en marcha de la estrategia elegida, ya sea a través de una consultora estratégica o de tu agencia de marketing.
A través del Marketing y la Comunicación, basándonos en la investigación interna y de mercado, controlamos la implantación y la reorientación estratégica. Para ello, necesitamos indicadores de negocio medibles y fácilmente identificables. Todo ello incluido en el plan estratégico.
En este post, te mostramos la metodología que hemos desarrollado en Walterman para la perfecta puesta en marcha de una planificación estratégica sea cual sea el tamaño de la empresa y el sector al que pertenezca.
Si no tenemos un plan, estamos renunciando al éxito
Necesitamos una estrategia a seguir para asegurarnos de que conocemos cuáles son los objetivos que debemos cumplir y el camino para alcanzarlos.
Es necesario medir y controlar que todo está correcto y, en caso contrario, tomar las medidas necesarias para corregir lo que estamos haciendo mal. Si no tenemos un plan, pasamos a ser reactivos, reaccionando a lo que nos pasa en el día a día en vez de ser proactivos y tener nosotros la sartén por el mango.
¿Qué es la planificación estratégica?
El concepto de planificación estratégica de una empresa se define como todas aquellas tareas que nos conceden la posición actual o deseable para la empresa respecto al mercado en el que la empresa actúa: área geográfica, industria y segmento. Así mismo, también definimos las tácticas para conseguir los objetivos propuestos, es decir, cómo conseguir la posición deseada.
Para llevar a cabo esta planificación, será necesario contratar los servicios de una consultoría estratégica especializada.
¿En qué consiste la planificación estratégica?
Es toda aquella actividad encaminada a conseguir una ventaja competitiva frente a otras empresas. Una definición más técnica de este concepto sería la formulada por Michael Porter de la Harvard Business School, en la que considera la consultoría estratégica como aquello que diferencia una marca de su competencia y que puede llegar a ser la clave del éxito de la misma en un determinado mercado.
¿Para qué sirve la planificación estratégica?
A continuación, te mostramos todo lo que puedes conseguir contratando los servicios de una consultoría estratégica y los beneficios que puedes obtener:
- Alineación y enfoque: destinar, prever y movilizar los recursos de la empresa necesarios para la consecución de objetivos estratégicos de una forma eficiente.
- Comunicar al conjunto de la organización la estrategia que va a seguir la empresa en determinadas áreas de actividad.
- Transformación de los recursos intangibles en valor para la empresa. Por ejemplo, la creación de bases de datos con suscriptores para su enfoque comercial posterior o la creación de imagen de marca y su potenciación y aprovechamiento.
- Control y gestión de la estrategia actual y futura determinando aquellos aspectos positivos a potenciar y aquellos no tan eficaces.
- Minimización de riesgos en procesos de reorientación estratégica de forma que no supongan un trastorno para el desarrollo habitual de la actividad.
- Sirve de herramienta de medición y análisis como elemento motivador y determinante en la consecución de objetivos.
- Reflotamiento y reorganización de empresas tanto para empresas con problemas económicos (empresas en suspensión de pagos o posibles quiebras) como organizativos.
- Estudio en la complementariedad de productos y servicios en operaciones de fusiones, absorciones y adquisiciones.
- Rentabilizar al máximo los recursos (reorganización), es decir, mejora de la eficiencia productiva y el empleo de los recursos en la organización y aumento de la velocidad del crecimiento en las empresas gracias a la fijación y control de objetivos.
¿Cómo hacer una planificación estratégica coherente?
Alineación y enfoque: cambios organizativos
La estrategia muchas veces se identifica con la definición de escenarios, la toma de decisiones y llevar a cabo acciones que solamente tienen que ver con la dirección y que se sitúan más en el largo plazo que en el medio plazo.
Es fundamental que para que una estrategia acabe ejecutándose, sea compartida, comunicada y aprendida por todos los miembros de la empresa sin excepción. Por lo tanto, es un trabajo diario no solo de la dirección sino también de todos los empleados que, al fin y al cabo, son los que van a terminar ejecutando la estrategia.
Nuestra metodología para la puesta en marcha de estrategias
A través de la experiencia y conocimiento estratégico y del mercado español, Walterman ha desarrollado una metodología que asegura el éxito a nuestros clientes. Desde la investigación, lo que caracteriza nuestra consultoría, hasta la implantación, con la definición de objetivos e indicadores.
¿Qué aspectos hay que tener en cuenta?
Para ello es necesario poner el foco en los siguientes aspectos:
- Traducir la estrategia a términos operativos.
- Alinear la empresa con la estrategia.
- Hacer de la estrategia el trabajo diario de todo el mundo.
- Hacer de la estrategia un proceso continuo.
- Movilizar el cambio a través del liderazgo directivo.
Para poder cumplir con unos objetivos, los empleados deberán conocer cuáles son, cómo conseguirlos y cómo le afectan particularmente a cada uno de ellos. Aunque suena a algo de lógica aplastante, muchas compañías fallan en este punto. Es necesario proponer unos objetivos para cada individuo con adecuados sistemas de retribución, incentivando su consecución.
Investigación y Análisis Estratégico
Para un mejor posicionamiento en el mercado, es necesario conocer cuáles son las habilidades, conocimientos y recursos de la empresa que la hacen única. Este proceso de descubrir cuáles son los aspectos que diferencian a la empresa está totalmente orientado a la consecución, es decir, una vez definidos los objetivos necesarios habrá que orientarlos para conseguir la misión propuesta.
- Análisis Externo: descubrimiento de amenazas y oportunidades que el ámbito exterior a la empresa ofrece a su desarrollo estratégico y que pueden afectar al mismo.
- Análisis Interno: visión de conjunto en lo que se refiere a los recursos principales de la organización y su gestión.
- Análisis DAFO de la empresa: se trata del estudio de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la organización de forma específica entrando a valorar los aspectos más determinantes estudiados en el análisis externo e interno. Este análisis tiene el objetivo de estudiar y establecer un diagnóstico de la situación de la empresa e identificar sus puntos de mejora y aquellos que se deben potenciar en la organización.
- Objetivos: definición de los objetivos e indicadores asociados al progreso exitoso de la actividad y el crecimiento de la empresa
- Misión y visión: determinación de la misión y visión de la empresa.
¿Qué es la misión?
Además de la ventaja competitiva que tiene la organización, debe incluir las cuatro dimensiones del segmento de clientes: cliente, producto, necesidad y localización.
Aspectos necesarios para la declaración de la misión:
- Evitar obviedades.
- Utilizar términos concretos y precisos.
- Debe alinear recursos y enfocarlos a la consecución de los objetivos estratégicos.
¿En qué basamos nuestra consultoría estratégica?
Basamos nuestra metodología de consultoría estratégica en el modelo más representativo del pensamiento anglosajón, la teoría de la generación de valor de la Harvard Business School de la mano de Kaplan y Norton, donde se simplifica el cómo hay que gestionar una organización, basado sobre todo en el control de la organización, es decir en el control de las personas.
Centrado en la modelización de los procedimientos, simplificación de la definición del puesto de trabajo: tareas, responsabilidades… Pero sobre todo no tiene en cuenta la satisfacción del empleado …
Pero, ¿cómo consigo diferenciarme en mi segmento?
¿Qué se entiende por diferenciación?
La diferenciación parte de la dirección estratégica donde se analizan las diferentes formas de alcanzar una posición competitiva superior.
Se tienen en cuenta tanto las propuestas ofrecidas por Porter (liderazgo en costes y diferenciación de productos especificando dichas estrategias por segmentos de clientes) como el potencial tecnológico o las características propias de la industria en la que opera la empresa.
A continuación, mostramos las principales causas de diferenciación y algunos aspectos a tener en cuenta para conseguirla:
- Lo primero de todo será determinar cuál es la estrategia adecuada a seguir y las tácticas para conseguir la posición deseada.
- Habrá que tener en cuenta que la tecnología ya no es un factor diferencial ni ofrece una ventaja competitiva (ya que es accesible por todos actualmente), salvo que se trate de una investigación y desarrollo propio para el que se disponga de patentes y registros suficientes.
- Búsqueda de ventajas competitivas sostenibles y difíciles de replicar: capital humano cualificado y especializado. Además, siempre se acompañará la diferenciación con la gestión adecuada del capital humano. En Walterman creemos firmemente que el factor humano y su gestión son sin duda una ventaja competitiva más de la empresa, ya que se trata de una ventaja sostenible y difícil de replicar por la competencia. Esto se traduce en la potenciación de la marca personal y fomento del conocimiento por parte del entorno de la empresa de los profesionales que en ella operan.
- El concepto de formulación también es un aspecto a tener cuenta en la diferenciación, ya que sirve para analizar las estrategias y las ventajas competitivas de la empresa entendiendo como ventaja competitiva toda aquella característica, habilidad, recurso o conocimiento que aumenta la eficiencia y mejora la posición frente a la competencia.